Desde los más pequeños a los mayores, jugar (trabajar) con plastilina suele ser una actividad bien acogida, una actividad bastante común en la infancia y sin embargo a veces infravalorada en cuanto a los muchos beneficios que comporta su uso incluso en los primeros años cuando tan solo se limitan a chafar, tirar y mezclar las masas.
«Los niños nunca van a tener miedo de dañar un pedazo de plastilina, eso permite que se acerquen a este material con total confianza y libertad. Al hacerlo pueden experimentar como quieran y arriesgarse a hacer lo que su imaginación les indique»
LUZ BETTY TORRES (El mundo de la plastilina)
Trabajar con plastilina facilita los procesos de aprendizaje de los peques ya que desarrolla su sistema propioceptivo, que es el que les permite interiorizar y expresar la información que recogen a través de su cuerpo. Además, favorece el desarrollo de la motricidad fina, la coordinación mano-ojo y aumenta el tono muscular, algo que fomenta las habilidades de escritura, entre otras destrezas.
Otras cualidades que se ven mejoradas con la actividad, además del indiscutible trabajo de creatividad e imaginación que comporta el materializar los pensamientos, es la mejora de relaciones sociales que se obtiene al realizarla en grupos o en familia ya que fomenta el trabajo, la resolución de problemas, la ayuda, la planificación y la cooperación en equipo.
Podríamos calificar la actividad incluso como terapéutica, ya que ayuda a liberar energía extra y aliviar tensiones consiguiendo un efecto calmante que además mejora el enfoque y la concentración (Te recomiendo también esta otra actividad con peques si lo que buscas es trabajar su concentración y relajación).
A todo ello hay que sumar el evidente factor sensorial que aporta a los más pequeños de la casa el trabajo con estas masas de texturas suaves y colores variados.
Y teniendo en cuenta que en las primeras etapas a menudo quieren comenzar la exploración a partir del sentido del gusto (vamos, que todo se lo llevan a la boca XD) resulta muy útil contar con una casera para así asegurarnos la NO TOXICIDAD del material.
Confieso que la primera prueba no me salió tan bien como esperaba, pero no ha hecho falta una tercera porque esta vez si ha salido perfecto (yuhuuu) y por eso he apuntado todas las medidas con exactitud para poder garantizar tu éxito al primer intento si te animas 😉
Necesitaremos
- 400 gramos de harina (yo he utilizado harina de fuerza por que es la que tenía, pero imagino que con la normal saldrá igual)
- 330 gramos de sal
- 300 ml de agua
- 1 cucharada sopera de aceite de oliva
- 1 cucharada sopera de vinagre
- Colorantes de repostería
Paso 1: Añadimos los ingredientes (excepto los colorantes)
Paso 2: Mezclamos y amasamos
Mezclamos para integrar todos los ingredientes y en una superficie enharinada amasamos la mezcla hasta conseguir una textura sin grumos, suave y no pegajosa.
Paso 3: Dividimos la masa
Alargamos la masa y la dividimos en tantos trozos como colores queramos crear, en mi caso 4.
Paso 4: Integramos los colores
Antes de incorporar los colorantes, aplastamos un poco la masa para luego amasar doblando de manera que quede siempre hacía dentro el tinte, así evitaremos (en bastante medida) manchar la superficie y las manos.
Amasamos hasta conseguir color en toda la masa y de manera homogénea. Si queremos darle más intensidad, podemos añadir más tinte y repetir el proceso.
Paso 5: ¡A jugar!
Como podéis ver en alguna de las fotos, Noa (15 meses) que no suele llevarse ya nada a la boca que no sea comida, también cayó en la tentación de probar esa masa tan divertida no fuera que además estuviera rica… jeje de ahí la importancia y tranquilidad que aporta el hecho de que sea casera y no tóxica (aunque claro está, le pedía que no se la comiera por que tampoco parecía desagradarle ese curioso sabor saladito… O_o)
Para conservarla, podéis meterla en un tupper o envolverla en papel film y dejarla en un lugar fresco y seco. Lista para un próximo uso 🙂
Me ha encantado pero tengo algunas dudas. ¿Hay que meterla en la nevera? ¿Cuantos días dura?¿dónde se compra el tinte? Gracias!
Hola Samantha! Yo no la he dejado en la nevera, la tengo a temperatura ambiente. Quizás si fuera verano estaría bien meterla en la parte menos fría de la nevera. Respecto a los días que dura, no te se decir exactamente pero gracias a su alto contenido en sal debería conservarse bien durante semanas. Los colorantes puedes encontrarlos en tiendas especializadas en repostería y cocina que es donde yo los compré, pero estoy segura de que en supermercados y grandes superficies también podrás encontrarlos. Ya me contarás 🙂 Feliz día!!
Hola! Gracias por la receta ;). Esta tarde la he hecho junto a mi hija y nos lo hemos pasado muy bien.
Ha quedado muy chula!!
Que bien Carmen 😉
Hola. He seguido tus pasos pero he cambiado la harina por la de maíz y el resultado es muy divertido.
Parece líquida y a la vez compacta jaja.
Cuando la coges es compacta pero se deshace en la manos.
¿Será por la harina?
Jugaremos con el resultado . Gracias
Hola Fefi!
Sí, la harina de maiz hace ese divertido resultado en que si lo apretas o golpeas se vuelve sólido y si lo sueltas o tocas suave es más bien líquido 🙂 De hecho es otro de los experimentos q tenemos pendientes en casa
Hola, lo he intentado hacer esta tarde con la peque y ha sido imposible se me ha quedado una masa pegajosa que no quedaba compacta ni a la de tres, que he echo mal?
Hola Nuria,
Probablemente faltaba harina, es posible que al ir añadiendo más se fuera solucionando… ¿Lo has probado? De todas formas, yo ahora siempre la hago con harina de fuerza, q no se si tiene q ver con que salga más compacta, pero por si acaso siempre uso esa ya 😉
Hola, ¿qué marca de colorantes has usado?
Gracias.
Hola Vanesa,
La marca que utilizamos para todas las manualidades es la WILTON porque es la que venden en nuestra tienda habitual, pero seguro que sale bien con cualquier colorante alimentario 🙂
Saludos!